El nacimiento del H.O.G.

Steve Piehl, una figura clave en el inicio del Harley Owners Group® a principios de los 80, nos ilustra sobre el nacimiento del H.O.G.® y cómo ha cambiado desde esos primeros días

Fotos: Archivo Harley-Davidson

En 1982 yo era un joven que trabajaba en la Harley-Davidson Motor Company en Milwaukee, EE.UU., cuando mi jefe me ofreció una nueva oportunidad. Quería que empezara un nuevo proyecto: crear el Harley Owners Group®.

Dejadme que nos situemos un poco. Acababa de incorporarme a Harley-Davidson recién salido de la universidad y trabajaba en el departamento de marketing, encargado de los eventos y promociones. Los primeros años de la década de los 80 fueron difíciles para Harley-Davidson; había una recesión económica y la Motor Company luchaba por salir adelante, junto con todos los demás fabricantes de motos. Durante años, se había hablado dentro de la empresa de que teníamos una base de clientes tremendamente leales y que debíamos hacer algo con eso: aprovechar esta energía y de alguna manera, conectarlos aún más fuertemente con Harley-Davidson.

Esos pensamientos finalmente tomaron forma en septiembre de 1982 cuando mi jefe me entregó una gruesa carpeta de anillas (¿las recuerdas?) y una copia de un discurso que acababa de dar en la Convención de Concesionarios, describiendo lo que iba a ser el H.O.G.®. Básicamente me dijo: “Aquí hay una carpeta repleta de investigación sobre antecedentes y algunas propuestas de logotipos; aquí tienes lo que les he dicho a todos que va a ser este club, creo que este proyecto te encaja perfectamente, así que sigue adelante Lo necesitamos tener listo y en marcha para el 1 de enero. ¡Tienes tres meses!”

El esquema inicial de como funcionaría este club era este: sería una nueva organización para apoyar a nuestros fieles clientes y conectarlos con la Motor Company. Por ese motivo, los beneficios originales se centraron en ofrecer servicios, siendo los principales el servicio de asistencia en carretera y el programa de recompensa por robo. En aquella época, si algo salía mal durante un viaje y no contabas con un amigo que tenía una furgoneta, recuperar la suponía un problema – y por supuesto, el robo de la moto era también otra preocupación.

El paquete de bienvenida era muy de los 80, con un pin y un parche, una carnet que te acreditaba como miembro (¡todavía tengo mi número original, ¡el 12!) y la joya de la corona: el Touring Handbook. En ese momento no había un listado público disponible de todos los concesionarios de Harley-Davidson, así que esto proporcionaba a los miembros del H.O.G. una forma de planificar sus viajes y de conectar con los concesionarios de Harley-Davidson a lo largo del camino. Esto supuso también una bendición para los concesionarios: al proporcionar sus datos de contacto a miles de motoristas cada año. Porque todos tenemos amigos con enormes colecciones de camisetas o recuerdos de sus visitas a concesionarios, ¿verdad?

Hay muchas historias que contar de los primeros días del H.O.G., pero algo que puedo echar en falta de esa primera época era no ver lo importante que llegaría a ser el aspecto social del grupo. Sí, hubo eventos – principalmente basados en carreras como Daytona – pero la faceta social del Harley Owners Group era algo que no se consideraba en aquel momento, aunque acabaría siendo una de las cosas que han hecho que el H.O.G. haya tenido tanto éxito.

La otra cosa importante es cómo el inicio del H.O.G. cambió a la propia Harley-Davidson. La compañía sabía que tenía una base de clientes leales, pero antes del H.O.G. no había ninguna forma real de conectar con ellos. El H.O.G. fue de hecho el inicio del enfoque “cerca del cliente” que ha definido a Harley-Davidson desde entonces. Ese fue el comienzo de que los miembros del personal de Harley estuvieran muy involucrados en los eventos, y de que los ejecutivos de la compañía interactuaran con los clientes. Y aunque no contáramos con el aspecto social del club cuando lo creamos, hablar con los concesionarios y los clientes pronto nos permitió solucionarlo. De esta forma el H.O.G. transformó completamente la forma en que interactuábamos con nuestros usuarios, algo que ha sido observado y adoptado luego también por muchas otras marcas.

Tampoco nos dimos cuenta al principio de que habría tal demanda de actividades del H.O.G. a nivel local, hasta que los concesionarios empezaron a venir a nosotros y a decirnos que querían crear un grupo local basado en su círculo de clientes. A partir de ahí nació el concepto de los chapters, pero esa es otra historia…

En este número, Steve Piehl -uno de los fundadores del H.O.G.®– y John Warr, de Warr’s Harley-Davidson® y del Meridian Chapter de Londres, hablan de la evolución del sistema de chapters del H.O.G.

Steve Piehl: Cuando creamos el H.O.G.® en 1982, nunca nos dimos cuenta de que habría una demanda de miembros locales; el concepto era que el H.O.G. sería una organización de servicios como la AAA (Asociación Americana del Automóvil) con un pequeño enfoque social a través de eventos. Así que el concepto del chapter no estaba previsto en un inicio, pero al poco tiempo, los concesionarios se pusieron en contacto con nosotros y dijeron: “Queremos crear un grupo local con base en nuestro concesionario bajo la bandera del H.O.G.”. Dijimos: “Sí, parece una buena idea”, y a finales de 1983 pudimos desarrollarla y hacer que el H.O.G. fuera también algo de carácter local y personal.

John Warr: Creamos nuestro grupo local del H.O.G. a principios de la década de los 80, cuando las ventas volvieron a aumentar con el lanzamiento del motor Evo, y entraba mucha gente nueva en el concesionario. Esto significaba que podíamos ofrecer opciones de rutas que fueran de nuestro interés. Queríamos que fuera algo informal, que nuestros clientes tuvieran algo que hacer: la oportunidad de usar sus motos.

Estábamos familiarizados con el concepto de un club vinculado al concesionario porque mi padre ya había sido miembro fundador del Harley-Davidson Riders Club, que existía en el Reino Unido desde 1949 y estábamos, y estamos, orgullosos de respaldarlo. El Riders Club tendía a ser atractivo para los usuarios de modelos más antiguos, Shovels y anteriores, y eso estaba bien, pero el H.O.G. estaba más enfocado al nuevo cliente o al nuevo motorista. Si te gusta conducir, como a mí, siempre estás planeando esa próxima salida y el H.O.G. es el marco perfecto para hacerlo.

Una de las primeras decisiones que tomamos con nuestro grupo del H.O.G. fue que sería gratuito, no queríamos cobrar una cuota. Queríamos que se basara en la idea de “rodar y divertirse” y a mucha gente le gustó su carácter informal. Como todo el mundo tiene tantas cosas que quiere o necesita hacer -muchas cosas en las que pensar además de montar en moto-, esto significa que pueden acudir cuando pueden. Algunos participan sólo una o dos veces al año, pero la gente se siente leal al grupo porque ya lleva 30 años funcionando; tiene un poco de historia y a la gente le gusta la tradición con la que hacemos las cosas, como la cena de los Road Captains en Navidad y los trofeos que otorgamos a los miembros. Por supuesto, siempre estamos pensando en cómo podemos mejorarlo, y por este motivo las cosas cambian y evolucionan con el tiempo, especialmente ahora gracias al impacto de las redes sociales. Sin embargo, el corazón y el alma de esto sigue siendo la de un club de motos, que es esencialmente para pasárselo bien montando en moto.

Hay que recordar que, aunque a nosotros nos parezca sencillo subirnos a una moto y recorrer 1500 kilómetros hasta otro país, para muchas personas que acaban de adquirir su moto o que vuelven a montar después de un tiempo, esto puede resultar algo demasiado complicado: cómo hacerlo, dónde alojarse, cómo cargar las cosas en la moto… con lo que necesitas ofrecer un menú variado de eventos. De esta manera, en verano planeamos un viaje a uno de los grandes eventos de Harley-Davidson en el sur de Europa, donde hace más calor, y también hay previstas rutas con diferentes grados de dificultad, desde salidas dominicales, hasta quizás un pequeño viaje a Normandía o Calais para degustar algo de vino y queso, hasta un viaje a Estados Unidos con motos de alquiler. La gente que inicialmente sólo hace rutas de un día puede animarse a viajes más largos, esos clientes pueden convertirse en amigos y luego en algo más.


A Chelsea & Fulham chapter H.O.G Road Captains trip to France in April 2008. Photo: John Warr

Steve: Así es, lo estás clavando, John – vivimos en un mundo personalizado, no de talla única, por lo que las organizaciones de éxito se basan en saber adaptarse, ofreciendo una multitud de formas de vivir la experiencia. Hemos visto que la gente compra inicialmente una Harley® para visitar determinados lugares de interés en su entorno, pero luego experimentan un cambio mental cuando hacen un viaje de más de un día con su moto: eso les abre el mundo… ¡ahora son capaces de ir a cualquier parte! Así que siempre he animado a la gente a hacer viajes de varios días, porque eso abre realmente la posibilidad de aventura para la gente que conduce y ama las Harleys.

John: Sí, por eso este año ha sido tan duro para aquellos a los que les gusta subirse a la moto y rodar. Por eso seguimos planificando el año que viene y casi hemos completado el programa de actividades. Puede que algunos de nuestros eventos previstos para marzo y abril no se puedan celebrar, pero todo acabará volviendo a la normalidad.

Steve: Me encanta el optimismo de tus comentarios, John. Este año he hecho menos kilómetros en mi moto de los que me hubiera gustado, especialmente con la cancelación de concentraciones y viajes; pero la gente tiene que decirse a sí misma: ‘Cuando salgamos de esto, habrá una forma de volver a montar en nuestras motos si queremos hacerlo en grupo’, gracias al trabajo que hace la gente como John.

Yo diría que, al salir de esta situación, los miembros del H.O.G. estarán en ventaja porque se volverán a organizar actividades. Puede que sean ligeramente diferentes, pero volverán. Incluso hace poco, cuando salí a montar en moto, me sentí casi como si fuera normal; casi como si no hubiera pandemia, y todas esas grandes sensaciones que tuve el año pasado cuando montaba en moto volvieron. En muchos sentidos, el motociclismo es como una forma de máximo distanciamiento social; en una moto puedes estar solo, o incluso rodando con un pequeño grupo de amigos puedes mantener la distancia que te permite sentirte cómodo. Así que, a los miembros del H.O.G.: a la mínima ocasión que puedan, ¡que suban a su moto y salgan a la carretera!


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